Pautas para comunicar a los hijos el divorcio

Nos separamos; ¿Cómo se lo decimos a los niños?

 

Durante mi trabajo, he visto multitud de familias en procesos de separación o con separaciones ya finalizadas. He ofrecido apoyo psicológico tanto a  adultos como a  niños para ayudarles a llevar el proceso de separación. Aunque separarse no es algo por lo que sea necesario acudir a consulta psicológica, es común que cuando no se ha llevado de modo adecuado se produzcan consecuencias que no esperábamos. En esos procesos he entrevistado a multitud de padres, madres e hijos y una de  las preguntas que siempre hago es ¿cómo te enteraste de que tus papas se iban a separar? O ¿cómo se lo dijisteis a vuestros hijos? En la mayoría de los casos no se ha explicado de modo adecuado, y suelen comenzar las dificultades. A veces tienen un exceso de información y otras veces demasiado poca. Los niños cuando no tienen información externa suelen dar sus propias explicaciones, o rellenan los huecos con su imaginación. Cuando los menores cuentan con demasiada información, no saben cómo procesarla, lo que les genera un alto nivel de ansiedad. 

 


En este artículo procedemos a explorar diferentes pautas para comunicar la decisión de separarnos de un modo asequible para los menores. 

Como ya dijimos en entradas anteriores, las separaciones son momentos muy duros donde pasamos un duelo en toda regla, y las emociones como el dolor, la rabia, la tristeza o el miedo están a flor de piel. Pero si es difícil para los adultos ¿Cómo será para los hij@s de la pareja?. El miedo a que nuestr@s hij@s lo pasen mal nos hace plantearnos muchas preguntas, y una de las más recurrentes es ¿Cómo decírselo?. Como es esperable, la explicación debe estar adaptada a la edad del menor y su nivel de comprensión.

Esta explicación es importante programarla, y realizarla en un lugar y ambiente tranquilo, con suficiente tiempo para hablar sobre todo lo que concierne al tema, e intentar mantener la calma y no discutir en ese momento. Si esto ocurriera es mejor posponerlo a otro momento.

Además es preciso que tengamos en cuenta los siguientes puntos:

Comunicárselo de modo conjunto:

 Siempre que sea posible, es beneficioso para la comprensión que solo exista una versión y que está este consensuada entre ambos progenitores. De este modo los niños no tendrán que elegir que versión tienen que creer y no se sentirán culpables por creer más a uno que a otro.

Intentar no culpar a nadie de la separación:

La explicación debe ser clara y concreta intentando ser lo más objetivos posible y sin entrar en detalles escabrosos de la relación, esto forma parte de la intimidad. Cuando la culpa se pone dentro de la familia, en la madre, el padre o en ellos mismos, produce que el menor  crea que se tiene posicionar, de modo que tendrá la sensación de estar traicionando a uno de los dos. Decirles que los seguiremos queriendo, que queremos que siga tratando igual a ambos progenitores  y que seguimos siendo una familia solo que de diferente manera, ayuda disminuir su sensación de culpa.

Expresar que la decisión ha sido meditada y es firme:

Los niños deben entender que no se trata de un capricho momentáneo por un enfado, y también que no se toma sin haber intentado solucionarlo. En este momento es  crucial expresar los sentimientos dolorosos que tenemos los padres y madres, y la dificultad que encontramos en tomar la decisión. Esto hará que entiendan que pueden llorar y sentirse mal, que no es necesario contenerse.

Explicar que la adaptación será difícil para todos:

Expresarle los cambios que van a producirse, y que tendrá contacto con ambos lo más frecuente que pueda ser, les ayuda a poder anticipar y sentirse seguros. Un modo de aliviar la ansiedad ante los cambios es comunicarle  de modo concreto cuando, donde y de qué modo se producirán. Lo ideal es que le comuniquemos los cambios con tiempo para que el menor pueda acostumbrarse y hacerse a la idea de lo que va a ocurrir.

Animarles a que pregunten y manifiesten sus sentimientos y pensamientos:

Esto debe variar según la edad y la compresión del menor. Si nos encontramos con preguntas complicadas, o que no sabemos cómo puede afectarles la respuesta es importante que podamos posponer la respuesta a otro momento para poder meditar que responderemos a esto. Debemos ser sinceros pero objetivos, evitaremos frases como “ tu padre/madre no me quiere, o quiere que me vaya de casa, tiene novio/a….” en lugar de esto podemos usar frases como: “No somos felices cuando estamos juntos, no sabemos dejar de discutir, ya no nos queremos como pareja pero si como amigos…”

 

 

No es fácil tener que enfrentarse a esta situación y quizás lo que menos nos apetezca es sentarnos junto a nuestra expareja para hablar del tema, pero en estos casos debe primar el bienestar del menor. Ellos necesitan entender la situación y tener una buena imagen de su madre y su padre. Si conseguís terminar la relación de modo pacífico, vuestros hijos os lo agradecerán.

 

Vanessa Vega

Psicóloga General Sanitaria

Mediadora familiar


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