Como afecta psicológicamente la separación a los padres y madres

Afrontando una separación

Pasar por un proceso de separación no es una situación fácil, ni siquiera cuando somos nosotros quienes tomamos la decisión. Es un proceso duro en el que afloran multitud de sentimientos y preocupaciones que si no son bien enfocados y colocados pueden desembocar en problemáticas personales o familiares. Es un proceso de duelo en el que es habitual sentirse abrumado y  llenos de incertidumbre por qué pasara.

 

Generalmente la pareja llega a la ruptura porque no han sabido resolver sus conflictos de modo adecuado y eso se refleja en como realizan esta separación.

 

Es habitual encontrarnos en consulta con personas desoladas y con un inmenso dolor, sobre todo (aunque no únicamente), cuando han sido “los dejados”. En estos casos el sentimiento de odio, enfado y traición se ponen de manifiesto, siendo muy difícil dejar de pensar en el tema e nos sentimos inundados de una gran tristeza y sentimiento de abandono.

 

Los que toman la decisión tampoco lo tienen fácil, es muy común que se sientan culpables, además de poder sentir también  rabia, enfado, tristeza y  miedo.

 

Ambas partes de la pareja están sujetas a sentir ansiedad e inseguridad debido a todos los cambios que van a tener que realizar (económicos, de vivienda, rutinas…)

 

Cuando la pareja no tiene hijos el proceso es más sencillo de realizar, aunque no por ello menos doloroso. En cuanto acuerdan como repartir las cosas comunes no es necesario volverse a ver, pudiendo cerrar ese capítulo de sus vidas y llevando cada uno su duelo.

 

Esto es más complicado en parejas con hijos, ya que la separación no es completa. Debemos mantener un mínimo de unión y comunicación con respecto a ellos.

 

Es frecuente ver a familias con un gran historial de demandas judiciales, porque buscan resolver sus problemas emocionales y reparar su rabia o su dolor en un juzgado. Y en realidad esto no hace más que aumentar el dolor, la frustración e insatisfacción, ya que pierden totalmente el control de la situación dejando su solución a un tercero desconocido, que no tendrá en cuenta sus emociones, su historia o sus deseos.

 

Por ello, es importante poder separar la relación de pareja que se ha roto, de nuestra función como padres. El otro ha podido ser la peor pareja del mundo, pero ¿Cómo es su papel como padre/madre? Y si ese papel no se ha desempeñado correctamente ¿a causa de que se ha producido?, quizás no es competente, tiene otros problemas, no tiene la información suficiente, no ha tenido tiempo de realizar esa función, en nuestro acuerdo de pareja ese no era su papel, o quizás nosotros no le hemos brindado la posibilidad de hacerlo dado que queríamos tener el control.

 

Partimos del principio (con excepción de casos muy concretos y extremos) de que ambos progenitores aman a sus hijos y desean su bienestar. Además los niños tienen derecho a relacionarse con su madre y su padre de  modo positivo y necesitan de una buena imagen de ellos, ya que constituyen los pilares en los que se sustentan su seguridad.

 

Teniendo esto en cuenta es necesario que nos hijos mantengan una buena relación y que esta sea constante con ambos progenitores (salvo casos extremos y concretos).

 

Debido a ello es fundamental dejarlos aparte de las decisiones de los adultos y evitar calmar nuestro dolor o rabia utilizando el tiempo compartido con el menor o el dinero destinado a cubrir sus necesidades para hacer daño al otro. Ya que el simple hecho de ser madre o padre nos obliga a cuidar y cubrir las necesidades de nuestros hijos.

 

En mis años de experiencia he visto custodias de todo tipo, y la conclusión que he sacado es que el modo en el que se establezca la custodia debe tener en cuenta las necesidades y características familiares. De ahí la importancia de llegar a un acuerdo de  separación e intentar evitar lo contencioso porque alarga el proceso e impide poder cerrar el duelo.

 

Trabajar las emociones y pensamientos sobre la separacion en terapia nos ayuda a buscar soluciones para que podamos seguir manteniendo una relación saludable con nuestros hijos. Es importante gestionar bien estas emociones puesto que podemos afectarles creándoles ansiedad y estrés. Si nosotros estamos bien  y gestionamos de modo adecuado nuestras emociones, a los hijos les transmitimos seguridad. De lo contrario, sentirán que nosotros como padres o madres no somos capaces de afrontar la situación y buscar salida, de modo que por el afecto que nos tienen, buscaran protegernos y hacerse cargo de situaciones  propias de adultos que no pueden gestionar.

 

Si estas en alguna de  estas situaciones,  busca ayuda, bien orientada esta situación se puede normalizar.

 

¿Qué os ha parecido? Espero vuestros comentarios.

 

Ser Felices.

      

Vanessa Vega

Psicóloga general sanitaria

Mediadora familiar 

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Comentarios: 1
  • #1

    Soraya (viernes, 21 octubre 2016 19:59)

    Es complicado mantener la cabeza a flote cuando estas nadando en un mar lleno de sentimientos, a todos esos motivos o situaciones q te llevaros a la ruptura se añaden todas esas cosas q van sucediendo después de...
    Para mí la clave fue fijar mi atención únicamente en lo q de verdad me importaba, mis hijas, protegerlas de todo aquello q se podía evitar.
    La mayoría de las personas q me rodean dicen q salí perdiendo en aquella batalla. Yo pienso q en ocasiones para ganar, antes hay q perder. Tan solo perdí cosas reemplazables, pero gane el ver a mis hijas bien y q tengan a sus padres luchando por ellas, respetándose e intentando comprenderse por difícil q sea