Cuando llega la adolescencia todos nos preguntamos ¿Qué le pasa a mi hij@?, y vemos que tiene constantes cambios emocionales, rápidos y muy intensos. Para el adolescente todo es un drama.  Además es un momento lleno de contradicciones, ya que quieren ser mayores para unas cosas y no para otras, algo que termina por desesperarnos como padres. Y para colmo se vuelven egocéntricos, se preocupan muchísimo por su físico y andan por sus dudas mentales acerca de quiénes son y quienes van a ser encerrados en su cuarto…. pareciera que los estamos perdiendo.

En estas situaciones siempre animo a los padres de adolescentes a que rememoren su propia adolescencia, ¿Cómo eras de adolescente?, ¿Cómo eran tus padres?, ¿Qué pensabas sobre el mundo?, ¿Cuáles eran tus necesidades, tus intereses….?.

 La empatía es básica para las relaciones familiares, pónganse en el lugar de su hij@. Porque un buen clima afectivo en la familia es  un factor de prevención de conductas de riesgo en la adolescencia.

Pero no solo hay que preguntarse sobre nuestra propia adolescencia, sino también como somos ahora, ¿Qué le hemos enseñado a nuestr@ hij@?. Muchas veces las quejas en consulta vienen referidas a esos cambios de humor bruscos del adolescente, y yo pregunto ¿Cómo gestionáis vosotros como padres vuestras propias emociones?, ¿sabéis identificarlas?, ¿podéis entender las emociones del otro?, ¿os ponéis en su lugar?, ¿Qué hacéis con vuestra rabia, tristeza, enfado….?, ¿Y con la alegría y satisfacción? ¿Sabéis demostrarla?,  ¿sois capaces de pedir ayuda?.... nuestros hijos son un reflejo de lo que han ido aprendiendo a lo largo de su vida, y los padres somos el principal  factor de educación.  Todas estas emociones y relaciones familiares afectan a nuestra autoestima, pero no hay que olvidar que (aunque la adolescencia es un período muy vulnerable en esta cuestión), la autoestima es algo que se ha ido formando a lo largo de toda la vida.

A nuestr@s hij@s les han ido llegando mensajes del seno familiar y del ambiente exterior, la escuela, los amigos,... asi que cuando hemos expresado emociones negativas acerca del nuestr@ hij@ delante de  terceras personas, hemos hecho comentarios que dañen su imagen, les hemos comparado con otras personas saliendo nuestros  hijos mal parados de esa comparación, o se lo hemos dado todo hecho, de modo que no hayan tenido que esforzarse por conseguir nada,...todas estas situaciones de manera reiterada a lo largo de su crecimiento, favorecen que tengan un concepto de si mismos bastante negativo, donde no se sienten merecedores de nada o incapaces de conseguir  lo que quieren, dañando su autoestima.

Y ¿Qué es la autoestima? Es la evaluación que hacemos nosotros mismos sobre nuestra capacidad y valía para afrontar y superar las situaciones problemáticas que se plantean a lo largo de la vida.