Mitos sobre acudir al psicólogo.

Ir al psicólogo nos cuesta

En esta profesión todavía nos encontramos con muchos mitos y creencias erróneas que impiden que personas que necesitan ayuda o se beneficiarían de una intervención psicológica acudan a terapia. Parece que la psicología está aún envuelta en un halo de misticismo y esoterismo en la cultura popular y  nada más lejos de la realidad.

Tampoco ayuda demasiado a romper estos mitos la cantidad de intrusismo profesional con el que contamos, ya que como las emociones y pensamientos es algo que todos tenemos parece existir la creencia de que todos podemos trabajar con ellas. Ante esto, yo pregunto ¿todos tenemos corazón? Si, y entonces ¿sería adecuado ponernos en manos de cualquier persona que también lo tenga para que nos lo opere? ¿O dejaríamos que nos pusiera un plan de ejercicio, dieta o medicación para el corazón a cualquier persona que hubiera leído un par de artículos sobre el tema? Seguramente no.

En este artículo  tratamos de desmitificar estas creencias sobre la psicología y a ayudar a los posibles usuarios a tener un criterio adecuado para elegir al profesional con el que trabajar.

Estos son unos de los principales mitos con los que solemos encontrarnos en consulta:

 

  1.   El que acude al psicólogo esta loco.

Uno de los papeles que tenemos los psicólogos es trabajar con trastornos psicológicos, que en ocasiones necesitan medicación y terapia, por lo que trabajamos colaborando con los psiquiatras. Pero también trabajamos con otras problemáticas que no son enfermedades mentales. En una consulta psicológica se pueden trabajar habilidades sociales para los problemas de relación, mejora de la autoestima, aprender a controlar los pensamientos recurrentes, gestionar de modo adecuado los sentimientos…  o quizás cuando pasamos por temporadas difíciles también podemos encontrar ayuda en un psicólogo, ya que con su trabajo descubriremos nuevas formas de afrontarlas….

En definitiva, ir al psicólogo nos ayuda a conocernos y mejorar nuestra sensación de bienestar, en casos de crisis a encontrar nuestras propias herramientas y en caso de patología llevar una vida normalizada.

Es mas, no es necesario estar enfermo para acudir a un especialista de la salud; no solo vamos al dentista cuando tenemos caries, o al ginecólogo cuando tenemos una infección. También realizamos revisiones, exponemos dudas…
¿Por qué con el psicólogo va a ser diferente?

 

2. La intervención psicológica nunca termina, el psicólogo sólo quiere sacarte el dinero.

 

La intervención psicológica siempre se plantea acerca de unos objetivos de intervención. Si una persona llega a consulta con depresión se plantearan objetivos en base a la mejoría de su estado de ánimo, si llega con conflictos familiares los objetivos estarán enfocados a la resolución de los mismos o a la adquisición de estrategias para gestionarlos de un modo adecuado. 

A la vez que se trabajan estos objetivos, a veces van apareciendo problemáticas asociadas que se pueden ir trabajando de modo conjunto. Una vez que se han alcanzado estos objetivos la intervención termina.

Tambien suele ocurrir que algunos usuarios tengan problemas con las despedidas y los cierres de temas. En estos casos se plantea un nuevo objetivo en relación a esto.

No hay que olvidar, que el psicólogo quiere que el paciente se sienta seguro de si mismo e independiente y que al terminar la intervención sea capaz de vivir su vida plenamente.

No os podéis imaginar la sensación de satisfacción que tenemos los profesionales cuando vemos que un paciente mejora y podemos terminar la intervención.

 

3. Con contar tus problemas y desahogarte ya te curas.

 

Otro mito muy común es creer que no hay que hacer nada más que hablar, que al expresar el dolor, sufrimiento o dudas todo se va a solucionar. Es cierto, que poder contar a alguien que nos escucha sin crítica, y sin enjuiciarnos produce una sensación de liberación, de descarga. Pero los factores precipitantes externos siguen estando ahí. Einstein decía que esperar resultados diferentes haciendo lo mismo era la locura. Si el paciente no realiza cambios en su conducta, pensamiento o entorno, la situación seguirá igual aunque al contarlo a alguien se desahogue. Pero es necesario que el paciente trabaje entre sesiones en observarse a sí mismo y a los demás, ponga en práctica los ejercicios o tareas que le indico el terapeuta….para que la mejoría llegue.

 

4.  No creo en los psicólogos.

 

La psicología no tiene nada que ver con creencias, se basa en la experimentación y en la estadística. La psicología tiene muchas disciplinas y especialidades. La neuropsicología estudia el funcionamiento del cerebro, la psicofisiologia estudia los cambios físicos (respiración, ritmo cardíaco…) ante determinados estímulos, la psicología social estudia cómo se comporta el ser humano cuando se relaciona, la psicopatología estudia las características que tienen la personas con problemas psicológicos….todas estas disciplinas y muchas más nos brindan información para trabajar en consulta.

Si bien es cierto no todas las personas somos iguales, por eso también nos basamos en la estadística, y de ese modo el profesional puede aplicar las teorías y estudios a las características especificas de cada individuo.

 

5. El psicólogo te da consejos y eso lo hace un amigo.

 

Dar consejos es decirle al otro como debe actuar según sus propios valores. El psicólogo no da consejos, según la metodología que utilice puede proponer tareas o ejercicios que puedan ayudar al paciente que descubra sus propias herramientas o dificultades ante un tema concreto.  Pero en ningún momento dirá al paciente que tiene que hacer o no, sino que le ayudara  a que el mismo pueda tomar sus propias decisiones.

Un psicólogo te escucha sin juzgarte, y de manera objetiva.  

 

6. El psicólogo sabe cómo arreglar todos los problemas, como si tuviera una varita mágica o hiciera  milagros.

Cuando acuden a consulta, muchas veces los pacientes nos piden que saquemos la “varita mágica” y solucionemos todos sus problemas, o que les entreguemos un manual con las instrucciones que tienen que seguir para ser felices,…. Siempre hay que trabajar para mostrarles que no existe solución milagrosa, es más, a veces trabajamos en aceptar que las cosas no pueden cambiar, evaluar cuales si podemos cambiar y hasta qué punto, y poner en práctica un plan para llevarlo a cabo.

 

 

¿Qué otros mitos conocéis sobre la psicología? Espero vuestros comentarios.

 

Vanessa Vega

Psicóloga General Sanitaria

Mediadora familiar.

 

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