En la entrada anterior de blog, mencionamos el proceso que hace la pareja para diferenciarse de la familia de origen, y es que después del periodo de enamoramiento nos encontramos con una realidad diferente. Cuando nos enamoramos buscamos ideales comunes e idealizamos al otro, es una situación donde todo es perfecto, el otro es una persona carente de defectos, y lo buscamos constantemente produciendo una fusión entre ambos en la que es difícil diferenciar que es tuyo y que es mío, y creando un vinculo donde nadie más puede entrar. Es un periodo en el que vemos al otro como le queremos ver, no como es en realidad.

 

Lo que vivimos en la pareja tiene influencia en el resto de nuestra vida emocional y psicológica. De hecho los conflictos de pareja tienen mucho que ver con las consultas que recibimos, están relacionados con depresión, dificultades emocionales en los hijos …. Por eso es importante saber prevenirlos y detectar cuando necesitamos ayuda.

 

Tras el enamoramiento se forja algo nuevo. Es un momento de adaptación al otro. Aprendemos a comunicarnos de modo más profundo, limamos asperezas y decidimos que tipo de pareja queremos ser. 

 

Es necesario construir nuestras propias reglas y modos de funcionar, porque hasta el momento de vivir juntos cada uno se guiaba por las suyas propias, que son el resultado de nuestra experiencia, lo que vivimos en nuestra familia y aprendizajes posteriores, de tal forma que hasta cosas tan sencillas como el modo “correcto” de tender la ropa interior puede ser diferente para cada uno y convertirse en una auténtica “batalla” por quien tiene la razón.

 

 Es decir, sobre todo cuando comenzamos a convivir,  es el momento de establecer que roles vamos a  tener cada uno y ponerlos en práctica. Además, estamos influenciados por los mitos familiares y sociales que nos dicen como deberíamos actuar. ¿Y  que pasa cuando hay una incongruencia entre lo que el rol dice que debería sentir y lo que realmente siento?, ¿Cuándo el rol que los otros creen que debo cumplir a mi no me convence?, ¿Cuándo el rol que asume mi pareja no es el esperábamos?, y si ¿ Esos roles conllevan a una acumulación de tareas?... cuando nuestras expectativas no se cumplen surge frustración, rabia, sensación de pérdida de un ideal, tristeza y culpa.

 

También  podemos vernos inmersos en la rutina, y perdemos de vista lo romántico. Se ama de otro modo. Pero es posible que perdamos interés si no trabajamos en la pareja.

 

La comunicación y la negociación son básicas en la relación de pareja por ello es importante tener en cuenta:

 

1.      Evitar errores de comunicación: no solemos prestar atención al modo en que decimos las cosas, y cometemos muchos errores de comunicación que provocan que no exista entendimiento en la pareja. Enumerare algunos:

a.      Interpretar lo que nos dicen en base a experiencias anteriores. Si nuestra pareja nos da un mensaje concreto, como por ejemplo “¿cuánto tiempo hace que le cortaste las uñas a la niña?”. En principio, una pregunta que no tiene por qué significar nada mas, pero nuestra mente se pone en funcionamiento y podemos interpretarlos como “¿me estará acusando de que no presto atención a mis hij@s?, ¿me está llamando mala madre o mal padre?, ….” A partir de este momento se puede iniciar una “guerra” entre ambos, y el problema de quien le corta la unas a la hija de ambos se queda sin solucionar. Cuando no entiendo pregunto, no imagino.

b.      Otro error muy común es creer que conocemos a la otra persona como la palma de nuestra mano ( esencialmente en parejas de larga duración). Y no somos adivinos, y el otro tampoco. Un ejemplo de lo primero se pone de manifiesto cuando no dejamos hablar a nuestra pareja porque ya sabemos que es lo que va a decir. Y casi siempre nos equivocamos. Dejo al otro terminar de hablar a lo mejor me sorprendo.El segundo caso se puede ver cuando creemos que si el otro nos quiere debe saber que necesitamos y cuando lo necesitamos. Y lo siento mucho pero esto no es así. La mayoría de las personas estamos inmersos en nuestro propio mundo y por mucho que queramos a alguien no siempre podemos anticipar lo que necesita. Si quiero algo lo pido.

c.       También solemos cortar la conversación cuando el otro habla, porque  estoy más interesado en lo que voy a contestar que en lo que dice. Esto interfiere enormemente la comunicación, ya que ninguno de los dos puede explicar su opinión y eso aumenta mucho la frustración. Practiquemos la escucha activa.

d.      Por último es necesario tener en cuenta que lo que paso no lo podemos cambiar. Todos tenemos situaciones pasadas que nos dolieron y que nos cuesta superar, pero discutir una y otra vez sobre ello no va a cambiar lo que sucedió. Es mejor pensar soluciones para que no vuelva a ocurrir.

 

2.      Otro factor a  tener en cuenta para manejar las situaciones de crisis en pareja es cuidar de los tiempos. Para salir de la rutina, tener temas de que hablar, o espacios de desahogo y descanso de las labores diarias, sean laborales o familiares, es necesario disponer de espacios y tiempos individuales, planear tiempos específicos para la pareja y buscar tiempos en familia que sean exclusivamente para el disfrute.

 

3.      Por último y para terminar, todo lo anterior debe ser acordado entre ambos miembros. Al final una relación es un contrato entre dos personas, solo que las clausulas que ponemos no están escritas e intuimos que son las mismas para ambos. Y si queremos que esta intuición sea real hay que ponerlas sobre la mesa y acordar como serán las cosas.

 

Crecer como pareja es un continuo trabajo de negociación y comunicación en el que ir adaptando las normas, roles y expectativas a los cambios que se van produciendo en nuestras vidas.

 

 

Es necesario aclarar que no estamos hablando de la ausencia de conflictos en la pareja, ya que esto sería una utopía, cualquier relación crece y se desarrolla a través del conflicto y las crisis. Lo importante a tener en cuenta es como afrontamos el conflicto y que hacemos con el.

 

¿y vosotr@s como lo habéis vivido?. Espero vuestros comentarios.

 

Ser felices.

Vanessa Vega

Psicóloga general sanitaria

Mediadora familiar.