Adolescentes y conductas de riesgo ¿cómo prevenirlas?

Factores que previenen el consumo de sustancias.

Una de las cosas que más preocupan a los padres y madres de adolescentes son las conductas de riesgo, entre ellas el consumo de sustancias, como el alcohol, el tabaco u otras drogas. No solamente por la posibilidad de generarse una adicción a largo plazo, sino por el riesgo implícito de una intoxicación (coma etílico, o sobredosis), que puede producir grandes daños físicos e incluso la muerte.

Muchos padres y madres me han preguntado cómo puede prevenirse este tipo de conductas tan habituales entre adolescentes. Y hay que decir para empezar que es una característica general de los adolescentes,  el placer por el riesgo y hacer cosas prohibidas, que se sustenta en el sentimiento de invulnerabilidad propio de esta etapa, ( “a mi no me va a pasar nada”).

Por eso es importante que los adolescentes hayan podido construir desde la infancia una personalidad fuerte y sana. En la que hayan desarrollado habilidades sociales y personales que les ayuden a tomar decisiones  y resolver conflictos.

¿CUÁLES SERIAN ESTAS HABILIDADES?

  • ž  Una buena autoestima.
  • ž  Capacidad para tomar decisiones teniendo en cuenta las consecuencias.
  • ž  Autocontrol.
  • ž  Asertividad.
  • ž  Confianza en si mismo.
  • ž  Capacidad de resolución de problemas.
  • ž  Valores positivos hacia la salud.

¿ COMO PODEMOS DESDE LA FAMILIA AYUDAR A NUESTR@S HIJ@S A DESARROLLAR ESTAS HABILIDADES?

  • ž  Es importante que exista un buen clima familiar, con un núcleo familiar estable. Esto no quiere decir que formar parte de familias separadas sea un factor de riesgo precipitante del consumo. Si no que es necesario que haya un clima familiar afectivo y basado en el respeto. Si estamos separados es importante que mantengamos una relación cordial con el otro y nos respetemos. Estemos separados o no, es positivo que resolvamos los conflictos mediante la negociación y la comunicación.  Así el adolescente aprenderá una forma saludable de resolver situaciones conflictivas y no sentirá la necesidad de huir de los problemas refugiándose en el consumo.
  • ž  Otro factor a tener en cuenta es  que haya una comunicación adecuada, en la que se tengan en cuenta las opiniones de todos los miembros de la familia, y se escuchen unos a otros. Que estemos abiertos a recibir críticas y peticiones. Y que luego se gestionen con el criterio que la familia considere.  Así el adolescente sentirá que es importante para la familia y que es tenido en cuenta, mejorando su autoestima.
  • ž  A nivel emocional es positivo que l@s hij@s se sientan reconocid@s y aceptad@s, y se les apoye para que sean capaces de superar sus propios fracasos, además de motivarles cuando realizan un esfuerzo. Esto propiciara que tengan mas tolerancia a la frustración, una mejor autoestima.
  • ž  También es importante que sientan que confiamos en ellos, pero no gratuitamente sino porque desde la familia se le ha ofreciendo la capacidad de tomar decisiones, promoviendo su autonomía y responsabilidad. No le demos todo hecho,  debemos supervisarles y controlarles de modo adecuado, es decir, evitar exigirles demasiado en algunas cosas y ser muy tolerantes en otras.
  • ž  Tener normas y límites claros y ajustados a la edad, que sean razonables y consistentes ( Evitando ser demasiado permisivo, sobreprotector o autoritario.), ayudan a l@s niñ@s y adolescentes a tener sensación de seguridad, y a poder anticipar y evaluar las consecuencias de sus acciones. Fomentando su responsabilidad.
  • ž No hay que olvidar que somos, durante gran parte de su vida, sus modelos a seguir, por lo que les afecta el tipo de relación que nosotros como adultos tenemos frente al consumo. De modo, que es un factor de protección que la familia muestre actitudes y comportamientos contrarios a las conductas de riesgo. Así como facilitar al menor información adecuada sobre los efectos de las sustancias y su uso responsable.
  • ž  Por último, tener actividades alternativas facilitan que el menor no dedique su tiempo al consumo.  Así que educarles en ocio saludable, desde la familia, y enseñarles a gestionarlo es otro factor que ayuda. El deporte o las actividades culturales serian una buena opción.
  • En resumen, los adolescentes que se sienten seguros de si mismos, aceptados, que no necesitan de la aprobación de sus iguales para saber su valor, y con habilidades de comunicación y negociación, no se sentirán presionados para consumir, y podrán decir NO.

¿CUÁNDO DEBERÍAMOS PREOCUPARNOS?

Si a pesar de todo sospechamos que nuestr@ hij@ está consumiendo algún tipo de sustancia,   podemos intentar responder a las siguientes preguntas, ya que es difícil diferenciar entre la conducta adolescente normal y la que está provocada por el consumo habitual.

  • ž  ¿Últimamente su hij@ se muestra deprimido, cansado o poco comunicador?
  • ž  ¿Parece estar mas agresivo y hostil que de costumbre y no se relaciona con el resto de la familia?
  • ž  ¿La relación de su hij@ con la familia se ha deteriorado?
  • ž  ¿Tiene nuevos amig@s que no conoces?
  • ž  ¿No presta atención a su aspecto físico y descuida su aseo personal?
  • ž  ¿Ha perdido interés por sus aficiones, deportes y actividades físicas?
  • ž  ¿Han cambiado sus pautas de sueño y de alimentación?
  • ž  ¿Se gasta enseguida su dinero?

Las respuestas afirmativas a las preguntas anteriores podrían indicar que toma alcohol o drogas. Pero también que tenga otro tipo de problemas. Por lo tanto sería importante buscar ayuda profesional y mantener la calma.

¿Os ha ayudado este articulo?. Espero vuestros comentarios.

Ser felices.

 

 

 Vanessa Vega 

Psicóloga general sanitaria 

Mediadora familiar. 

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