Creando algo nuevo; de la pareja a la familia

“Hasta ahora éramos 2 y ahora somos 3, tenemos un hij@”

En mis años de experiencia en el trabajo con familias, en especial cuando trabaje con grupos de mamás primerizas de niños de 0-1 año, me he encontrado con multitud de sensaciones, preocupaciones, quejas, fantasías y miedos que manifestaban las madres y padres.

 

En estos momentos en los que la información esta al alcance de tod@s, los nuev@s papas y mamás ansiosos de realizar bien su labor leen y estudian multitud de teorías, artículos, foros, blogs.... sobre estilos de crianza. Y es que todo es nuevo y a veces estamos bombardeados por modelos de maternidad y paternidad que nos dicen que está bien y que está mal a la hora de criar. En muchas ocasiones estos modelos son opuestos y nos entra la duda ¿Cuál es el que tiene razón?, ¿Cuál es el  mejor?. A esto se le suma los familiares y conocidos que opinan y nos cuentan  su propia experiencia. En resumen, nos sentimos abrumados, confusos, culpables….

 

La nueva familia tiene que pensar que les gustaría hacer, cuáles son sus necesidades familiares, de pareja e individuales y ver que se acomoda a su modo de funcionar. “¿le damos el pecho o biberón?, ¿colecho?,¿ en brazos? ¿ en su cuna, pero con el método stivill, o no?, ¿chupete?, ¿si llora le cojo o le malcrío?, ¿le baño por la mañana o por la tarde? …". Y un largo sin fin…

Y es que criar a un hijo no es nada fácil... No existe un manual de maternidad/paternidad. Cada familia es distinta, cada hji@ es distint@. Lo que ha podido ser adecuado para un hij@ puede no serlo para el siguiente, y lo que ha funcionado en una familia puede no hacerlo en  otra.

 

De modo que tengamos calma. Porque una cosa sí que os puedo decir, da igual el método que utilicéis pero siempre con calma y consistencia, ya que los peques necesitan estabilidad y rutinas para poder anticipar que es lo que va a ocurrir, y un ambiente emocional positivo. Esto no significa ser hiper-rígidos y abandonar corriendo el supermercado a las 19:55 porque hay que bañarlo a las 20:00. Si no que la secuencia de acontecimientos que vive el bebé sea estable y predecible.  Si vosotr@s  os angustiáis, el bebé no se sentirá cómodo y entrareis así en una cadena de emociones negativas. Algo que no favorecerá a ningún miembro de la familia.

 

 En estos momentos no es raro que se produzcan desajustes en la pareja, ya que ya no disponemos del mismo tiempo, ni del mismo espacio, ni siquiera de las mismas rutinas, o funciones, por lo que a veces acudís a consulta con problemas de pareja o con la intención de separaros.  Para entender porque llegamos a este punto es interesante recorrer los cambios psicológicos  realizados en el proceso que atravesamos al convertirnos de individuos solteros, a parejas estables, hasta que llegamos a ser padres-madres. Esta es la secuencia esperable, pero por experiencia tod@s sabemos  que a veces no es este orden, o no aparecen todos los pasos.

 

Construir una pareja es de algún modo diferenciarse del resto de personas y grupos, sobre todo de la familia de origen.

Esto a veces no conlleva mayor problema, pero en otras ocasiones es una ardua tarea en la que conseguir que las familias de origen entiendan que este nuevo espacio es solo nuestro y que las decisiones las tomamos la pareja en común.

 

Cada pareja  se rige por unas normas, rutinas, deseos, objetivos e ideas únicas y diferentes, y no son extrapolables a otras parejas.

 

A la llegada del primer hijo sea buscado o no, biológico o adoptado, es un nuevo desafío, y es un momento donde se vuelven a cuestionar todas las reglas que hemos creado con anterioridad.

 

 Cuando conocemos la noticia es necesario hacer una serie de cambios físicos, psicológicos y comportamentales en nuestra vida. Creamos un nuevo espacio para él/ella, su habitación, su cuna, su ropa… Tenemos nuevas preocupaciones económicas para ver cómo vamos a cubrir sus necesidades… Suelen aparecer las expectativas e ilusiones acerca de cómo será, como cambiará mi vida, que tipo de maternidad/paternidad vamos a ejercer… pero también aparecen un montón de miedos y preocupaciones acerca de la salud del bebe y nuestra capacidad para ejercer  de padres/madres. Todos estos cambios también se producen si el hij@ no es biológico..

 

 A partir del parto, es cuando pasamos de 2 a 3, y los nuevos padres y madres tienen que aprender a ejercer nuevas funciones hasta ahora desconocidas para ellos “la crianza”. Es un momento de adaptación.

 

Es importante que la  nueva familia disponga de tiempo para poder adaptarse y regular las funciones que van a desempeñar.

 

Está muy bien leer, informarse y aprender sobre la crianza, pero cada familia es única y es importante confiar en nuestro propio criterio a la hora de tomar decisiones.

 

La crianza de un bebe conlleva un gran esfuerzo, estamos cansados porque dormimos poco, perdemos tiempo para nosotros mismos, para la pareja (lo que disminuye la comunicación, los momentos íntimos...), para los amigos... En el caso de las madres hay una sensación de perdida de identidad (ya nos soy yo, sino la mama del bebe), lo que a veces se traduce en sentimientos de rabia, de culpa, de tristeza.... Esto no quiere decir que seamos mejores o peores madres, ni tienen que ver con la cantidad de amor que tenemos por nuestr@ pequeñ@, sino con la inseguridad y la gran magnitud de los cambios que estamos experimentando. 

 

Ademas se pone en practica todo aquello que pensamos durante el embarazo, y a veces el otro no se comporta según la expectativa que nos habíamos creado, o nosotros no nos vemos capaces de asumir el papel que nos corresponde del modo en el que lo habíamos imaginado, o los métodos de crianza que habíamos acordado no nos están funcionando como creíamos, o descubrimos que los criterios educativos son mas diferentes de lo que creíamos en principio entre los miembros de la pareja.

 

Si por nosotros mismos no podemos fijar un modo de ir resolviendo estas situaciones, es posible que la pareja se resienta, y es en este momento cuando necesitamos ayuda bien para terminar la relación ( de un modo saludable e intentando que los menores no se vean afectados), bien para salvarla.

 

¿Qué os ha parecido?, ¿Cómo lo vivisteis o lo estáis viviendo vosotr@s?, me encantaría conocer vuestra opinión, preguntas o dudas. Espero vuestros comentarios.

  

En las próximas entradas hablaremos sobre la crianza de los más pequeños y las relaciones de pareja.

  

Ser felices.

 

Vanessa Vega

Psicóloga general sanitaria

Mediadora familiar

 

 


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